VESTIDURAS Y ARMADURAS DEL GUERRERO MEDIEVAL
En la Edad media, los guerreros, llevaban varias prendas bajo la loriga. Estas no solían fácil de colocar, por lo que muchos caballeros tenían un auxiliar que les ayudaban en la tarea de vestirse, el escudero.
Camisolas y sayos de cuero. – El cuero era endurecido y se usaba para defender el pecho. Como aditamento adicional re se refuerzan con antebrazos. Protegían la cabeza con un yelmo ligero que era de metal o de cuero. Este tipo de armadura permitían gran movilidad, pero eran muy pocos eficaces en los combates cuerpo a cuerpo, pues eran fácilmente desgarradas por las espadas. Eran muy utilizadas por los arqueros, pues para desarrollar su tarea eran muy prácticas porque facilitaban mucho el movimiento.
Coraza. – De origen íbero. Tiene forma triangular y dispone de tres discos. Protegen el pecho, el estómago y la espalda. Se trata de una coraza de forma triangulada compuesta por tres discos que protegen, esencialmente, ambas partes del pecho, el peto para la parte delantera del torso y el espaldar para la parte posterior, la cintura estaba protegida por el faldaje. Quedaba ceñida a la estructura corporal del guerrero por cuatro tiras metálicas. Es un tipo de armadura muy primaria, pues dejaba al descubierto muchas partes del cuerpo especialmente sensibles como, cuello, piernas, brazos, etc. En el siglo XIV se añadieron más elementos de protección: las escarcelas para proteger la parte superior del muslo y se sustentaban unidad al peto, en le brazo se distinguían varios elementos como las hombreras para el hombro, bajo ellas los ristres para el hombro (servían también de apoyo para las lanzas). Después podemos ver el codal, para el codo y el brazal para el antebrazo. Y finalmente, las manoplas o los guanteletes para las manos. La pierna del caballero estaba protegida por el quijote (para el muslo); la rodillera (para la rodilla); la greba (para la espinilla) y el escarpe (para el pie).
Lorica segmentata. De ascendencia romana. Se trataban de una serie de bandas horizontales de hierro o acero amarradas al torso rodeándolo íntegramente. Normalmente se añadían otras piezas para salvaguardar los hombros. Su peso ligero facilitaba mucho los movimientos del soldado. Sus defectos más importantes son dejar al descubierto los brazos y las piernas. También los espacios entre placa y placa permitían al enemigo atacar al soldado a través de estos espacios.
Loriga o brunia. Del s. XIII. Formada por placas de metal anexas unas a otras por anillos, mallas o Se trata de una armadura confeccionada a partir de escamas metálicas unidas entre sí a partir de anillos, mallas o robustos clavos. Su tamaño era variable. Las más seguras eran las que además de la parte superior del cuerpo, cubrían los brazos y las piernas. Bajo la loriga llevaban una almilla acolchada, que era similar a una camisa que llegaba hasta la cintura. Aunque más pesada que las anteriores, aún permite gran movilidad al soldado que la portaba. Su defecto principal es que no protegían las axilas y no totalmente las piernas.
Jacerina o cota de malla. Una evolución de la loriga con el fin de obtener una mayor protección del soldado. Está constituida por argollas de hierro o acero enlazadas entre ellas. El diámetro de los aros es pequeño. Disponía, además, de una base de cuero con discos metálicos. No era una armadura a la que pudiera aspirar cualquiera, pues su coste era considerable. Pesaba unos 11. La cota de malla se complementaba con el almófar, especie de capucha destinada a proteger la cabeza, el cuello y los hombros, con las brafoneras, que tapaban las piernas y los pies. Existían dos modelos de brafoneras, las cerradas que cubrían todo el tren inferior, y las ajustables por medio de correas, que permitían un mayor dinamismo al soldado. Como se puede deducir de la descripción era una armadura muy difícil de atravesar, además de proteger íntegramente al guerrero. Sus defectos más notables eran su coste y su peso.
Armaduras de placas. También conocidas como armadura completa, arnés o armadura blanca. Estaban compuestas de piezas de acero unidas por cinchas o remaches. Ofrecían una protección integral al caballero, tanto en la lucha cuerpo a cuerpo como de proyectiles. Normalmente llevaban debajo una cota de mallas. La principal ventaja de los arneses es ofrecer un blindaje mayor que la cota de mallas. Pero este elemento protector tenía muchos inconvenientes: 1 Pesaba 40 kilos. 2 debido al peso el caballero apenas tenía movilidad y necesitaba ayuda para subirse al caballo o despojarse de la armadura. 3. Si se caía del caballo era una presa muy fácil para sus enemigos. 4. Eran un producto muy caro solo al alcance de unos pocos.
Armadura para los caballos. El caballo era el elemento esencial del caballero, por lo tanto, se diseñaron también armaduras especialmente adaptadas a los equinos. Al principio eran de material de cuero, pero pronto se sustituyó este por la malla y los metales.
Mantenimiento de las armaduras. Las armaduras, las cinchas y las tiras de cuero, se pasaban por grasa animal y se dejaba que penetrase en él un par de horas. Después se limpiaban con un trapo seco. Las armaduras de metal debían no tener ningún contacto con el agua, pues si no se tomaba esa precaución podían oxidarse fácilmente. Se limpiaban con arena, para a continuación usar un paño seco para quitar todo signo de humedad. Una vez hecho este se les aplicaba una fina capa de aceite.
LAS ROPAS DE LOS CABALLEROS MEDIEVALES
La ropa del caballero. – Parte muy importante de su indumentaria, ya que su ausencia exponía al caballero a quemarse por efecto del calentamiento de la armadura por la acción solar. Entre sus prendas de vestir podemos citar: el gipoun (sotana corta) compuesto de una camiseta y un calzoncillo de lino, muy ajustado al cuerpo para evitar que el roce de la piel con la armadura ocasionara al caballero lesiones en la piel. Sobre la ropa llevaban el gambesón, que era una prenda acolchada a base de lino. A menudo portaban capas para protegerse del frío o la lluvia. Los menos pudientes solo llevaban una túnica de tela gruesa llamada fustán.
Encima de la armadura el caballero vestía la sobreveste, era una túnica larga en la que se podía distinguir el escudo del caballero, y este era el único medio de distinguir a unos caballeros de otros. Las sobrevestes estaban abiertas en la parte inferior por razones puramente fisiológicas. Otros elementos complementarios eran los sombreros y los tocados. Evidentemente también portaban en la cintura un gran cinturón del que habitualmente colgaba una bolsa de cuero. En las piernas vestían una especie de leotardo de lana. Los zapatos eran de cuero. Estaban cerrados, imponiéndose poco a poco el zapato puntiagudo. También llevaban ropa interior como los calzones que iban atados a la cintura y las rodillas. El material del que estaban fabricados era el lino. Parece ser que no estaban provistos de bragueta. Esta característica tan usual en la ropa del hombre de la vida actual, se dice que tiene un origen turco y su objetivo no era el habitual de nuestros tiempos, sino poder violar a las mujeres sin tener que bajarse los calzones. Encima de los calzones el caballero se ponía las calzas, de cuero fino o lino. Estas calzas podían terminar en suelas de cuero, pues así podrían sustituir a los zapatos. Encima de las calzas de cuero se ponían calzas de malla a las que se añadían unas brafoneras, pieza que normalmente cubría la parte superior del brazo, pero que en este caso contribuía a proteger la pierna.
Sobre la camisa el guerrero llevaba el perpunte. Su composición era de tela rellena de estopa y servía para atenuar los golpes recibidos con armas pesadas. Tenían aberturas delante y detrás para poder montar a caballo. Además, se tapaba la cabeza con la cofia de armar, una caperuza rellena, normalmente, del mismo material que el perpunte, que se sujetaba a la barbilla. La cofia evitaba los roces con la cota de mallas y además era un elemento que amortiguaba los golpes recibidos en la cabeza.
Hemos visto cómo se vestía un guerrero en la parte superior e inferior de su cuerpo. Ahora veremos describiremos otros elementos fundamentales en la vestimenta caballeresca. La camisa de malla, que podía llevar el almófar incorporado. Su confección era enteriza, por lo que debía vestirse por la cabeza. Su peso oscilaba entre 20 o 25 kilos. Podían tener las mangas cortas o largas, e incluso algunas llegaban hasta las muñecas. Las manoplas, era el elemento primordial para proteger las manos y en su parte interna eran de cuero para que el guerrero pudiera tener un buen agarre sobre su arma. Si no portaban manoplas las manos se exponían a mucho riesgo, pues todavía no se habían inventado los guantes. La camisa de malla tenía también aberturas por delante y detrás para poder montar a caballo.
Otro de los dispositivos destinados a la protección del caballero es sin dudar el almófar, (prenda de la que ya hemos hablado anteriormente). que es una variedad de cofia o de capucha de malla, que se colocaba debajo del capacete, el cual era un casco de metal sin penacho ni visera. El capacete es el precursor del yelmo, y se diferencia de aquel en que además de la cabeza protegía la cara, y llevaba visera. Existen muchos tipos de almófares: 1.- De forma cuadrada hecho de cuero y malla que se anuda a la cabeza. 2.- De malla forrada en cuero que se ata a un solo lado de la cabeza. Estos 2 tipos de modelos se ajustaban perfectamente a los yelmos cónicos o capiellos. Para yelmos de cimera, que son aquellos que en su parte superior muestran, generalmente, la efigie de un animal quimérico, había que utilizar como almófar un burelete, trozo de cuero o tela retorcido que ayudaba a acoplar el yelmo a la cabeza y se situaba en la fracción superior del yelmo. Otros almófares, más sofisticados eran, por ejemplo, una cofia de armar, la cual incorporaba ya el burelete y además añadía una protección para el cuello. Algunas de estas piezas podían abrirse por detrás a fin de conseguir un mejor ajuste a la cabeza.
La cota de placas. Sobreveste hecha de un solo corte en cuero o tela que llevaba en su interior chapas metálicas remachadas. Pesaba unos 10 kilogramos, lo que unido a todo lo llevaba ya encima, el caballero debería soportar un peso nada despreciable de 50 kilogramos.
Además de todo lo visto anteriormente el caballero completaba su vestimenta vistiendo encima la cota de armas, que era un vestido de tela con media manga, aunque también eran frecuentes ver cota de armas sin mangas. A veces eran tan amplias que llegaban a tapar la grupa del caballo. Como es de suponer calzaban también espuelas o acicates (espuela con una sola punta de hierro).
Al añadirle al peso de la vestimenta las armas se podría suponer que estos guerreros tenían muy mermada su movilidad, y sobre esta cuestión hay 2 teorías: los que afirman que, en efecto, un caballero que se caía de su caballo era hombre muerto pues apenas podía moverse quedando a merced del enemigo de turno, mientras otros defienden que, a pesar del peso, eran hombres muy ágiles, y ello era debido al duro entrenamiento a que eran sometidos desde niños, lo que los transformaba en individuos fibrosos, muy fornidos , y acostumbrados a soportar estoicamente, el frío, el calor y la lluvia sin desfallecer. Hoy en día se consideraría algo heroico solamente el cabalgar con todo eso una media hora… y eso sin entrar en batalla. En fin… eran otros tiempos.
Aunque ya hemos descrito el arnés o armadura del caballero, a nos está demás resumir las piezas que la conformaban.
La coraza. Cubría la parte superior del cuerpo. Desde la cintura hasta el comienzo de las piernas, llevaban el faldaje, compuesto por planchas de metal, llamadas launas y además a esto se sumaba una falda de metal. Las escarcelas especialmente diseñadas para protegen los muslos (También llamadas quijote) y, en la parte posterior se incluía otro elemento llamado culera.
Para las piernas, se usaban la rodillera y la greba que cubría la pierna desde la rodilla hasta el tobillo. Para proteger los pies estaban los escarpines, formadas por láminas de hierro anexas unas a otras.
Para los brazos, nos encontramos con las hombreras y coderas.
Para manos: manoplas (no estaban separados los dedos, excepto el pulgar) y guanteletes. (los dedos están separados), hacían la misma función.
Protección de la cabeza: Podía ser un simple casco de acero, con una barra de hierro que salvaguardaba la nariz. Otro elemento más sofisticado era el yelmo, imprescindible para el combate para limitar la acción de los golpes que el caballero llevaba en la cabeza. Llevaba debajo la cofia, gorro de tela, hecho especialmente de lana. En el siglo XIII tenía forma de cubo y era de una pieza. Su parte superior era plana. Su peso era notable, usándose solo en combate. Desde el siglo XIV sufre varias modificaciones, en el peso y en la forma. Además, se le añade una visera que se podía abrir y cerrar.
El gambesón, del que ya hemos hablado anteriormente, era una camisola de cuero, lana o lino, para proteger la piel del guerrero del roce con la armadura. Se rellenaba de algodón. Llegaba hasta las rodillas y tenía las mangas largas. Pero no era el único modelo, existiendo una gran variedad de gambesones. Normalmente estaban cosidas al gambesón varios segmentos de cota de malla.
Según vimos al hablar del yelmo, la cofia es una pieza que se sitúa bajo el yelmo, para ayudar a defender la cabeza de los golpes recibidos. Era de tela y estaba acolchada, y se fijaba a la cabeza mediante dos tiras de tela anudadas bajo la barbilla.
La armadura del caballero del siglo XIV terminó con los problemas de la cota de mallas del siglo XIII, de la cual derivó sumando piezas de metal hasta alcanza la configuración de la época. Eran fabricadas por artesanos, y por lo tanto muy caras, lo que eliminaba a los pobres de la posesión de una de estas armaduras. La armadura otorgaba al caballero una aureola de misticismo, pues se creía que el caballero vestido con su armadura despedía un halo de invulnerabilidad. Aún siendo pesadas no lo eran tanto como las armaduras del siglo XIII, con lo que amén de una mejor protección les ofrecía una posibilidad de moverse mejor.
Continuando con la armadura y otros elementos vamos a hablar del sobrepeto para cubrir la parte baja del peto. El espaldar también tenía una protección complementaria llamada sobreespaldar para la parte baja de la espalda. El guardarrén protegía la zona renal. El barbote o gorjal destinada para la salvaguarda del cuello y una zona de la cara del guerrero.
El calzado del guerrero consistía en botas o zapatos, solían ser de cuero.
Un elemento esencial para el caballero en el combate era el escudo. Este podía estar fabricado de madera, cuero o metal.
La capa también formaba parte de la vestimenta del guerrero medieval. Se llevaba sobre la armadura y estaba hecha de lana o seda.
El tabardo era un manto corto sin mangas que se portaba sobre la armadura. Podía estar fabricado de seda o lino y a veces podríamos encontrar emblemas referidos a la situación social del caballero.
Pantalones acolchados: Fabricados en algodón de hilo grueso. Se llevaban bajo la armadura y protegían las piernas.
Faldón: Cubría la zona inferior del cuerpo y se portaba bajo la armadura. Como el tabardo podía estar decorado.
Capucha: Era de tela. Cubría la cabeza y el cuello y protegía al portador del sol, la lluvia y el frío.
Cinturón: De tele o cuero se llevaba en torno a la cintura. tela o cuero que se llevaba alrededor de la cintura para sujetar determinadas partes de la armadura, además de la espada y la daga.
Banda para el brazo: Pieza de tela cuya función era ser un distintivo del estatus del caballero.
¿CUAL ERA LA VESTIMENTA DE LOS CABALLEROS TEMPLARIOS?
El camisote, los calzones, el chaleco con faldones por delante y por detrás y la chaqueta de armas. El drapier (encargado de tener en las mejores condiciones el ropaje del caballero templario) también se ocupaba del aseo personal del caballero: Este debía tener el pelo corto, barba limpia y su ropaje el propio de la Orden del Temple.
¿QUIÉN FUE EL MEJOR CABALLERO MEDIEVAL?
Fueron muchos los caballeros que se han calificado como los mejores del mundo. Según el arzobispo de Canterbury de aquella época el mejor caballero medieval fue si William Marshal, que fue nombrado caballero en el año 1116. Este hombre ganó mucho dinero luchando en torneos medievales. Salió victorioso durante 16 años, obteniendo más de 500 capturas. Más tarde se entronizó en la Orden de Temple y fue inhumado en la iglesia del Tempe en Londres. De él dijo el arzobispo que era el más grande caballero que jamás hay existido.
¿CUÁL ES EL CÓDIGO MEDIEVAL?
El código medieval era el conjunto de reglas de conducta por la que se guiaban los Caballeros durante la Edad Media. Es obvio que existía una manera de moverse adecuadamente en la sociedad civil de entonces, mas este código estaba destinado para ser aplicado a los caballeros medievales.