HISTORIA DE LA FALCATA IBÉRICA
No cabe duda que al hablar de la Antigüedad en Iberia, lo primero en lo que pensamos es en la espada de los hispanos, conocida como falcata, hasta el caso que no se concebía al hispano de la Antigüedad sin su mortal y aterradora espada. Pero investiguemos más sobre este tema. Las primeras falcatas encontradas, por los arqueólogos, fueron imputadas a los romanos, y así se muestran en algunos escritos como “espadas-machete romanas” para más tarde denominarse “espada falcata”.
En el siglo XIX, y dentro de los procesos reivindicativos nacionalistas que se extendieron por toda Europa, surge también el interés del pueblo español por su pasado prerromano. Todo ello, unido al descubrimiento de muchas falcatas en la necrópolis de Los Collados, en Almedinilla, llevó a los investigadores a considerar esta arma como esencialmente ibérica y no romana. Y dentro del amplio espectro de los hechos de guerra de la época, también se asignó el término “guerra de guerrillas” como una forma de guerrear propiamente ibérica.
Existen varias teorías sobre el origen de la falcata. Las teorías de Maluquer de Motes, que le asignaban un origen en la propia Iberia. Otra teoría defendida por Bosch Gimpera atribuyéndole un origen centroeuropeo ligado a la cultura de Hallstatt, fueron desechadas ante nuevas certezas aparecidas en 1944. La tercera teoría, sobre la que existe un amplio consenso para su admisión como la más cercana a la verdad, se decide por un origen mediterráneo, concretamente en los Balcanes. Esto nos plantea un nuevo motivo de discusión, aún no resuelto. ¿Cómo llegaron las falcatas a la Península Ibérica? Unos se inclinan por que fueron los griegos, los cuales tenían en sus ejércitos muchos mercenarios ibéricos. Otros se lo atribuyen a los etruscos. Admitamos que fueran los griegos, pero eso aún no nos lleva al origen de esta arma. Los mismos griegos sitúan el origen en Persia, de ahí pasó a los griegos de Asia Menor, y de estos a los griegos del continente. Es un arma usada tanto en Persia como en otros muchos lugares, principalmente por su original diseño, teniendo múltiples variaciones de sus características en las distintas culturas, pero manteniendo los elementos esenciales de la falcata
El término falcata no se usaba en la Antigüedad, sino que es más moderno, proveniente del latín falx que significa hoz. Ovidio la denomina ensis falcatus, que se traduce por espada falciforme. Referencias a este modelo de armas podemos encontrar en numerosas fuentes, una de ellas La Ilíada de Homero, pero se nombran como machaira o kopis, que son sustantivos que designan diferentes elementos, además de las espadas. Es decir, estamos ante términos polisémicos. No obstante, según los escritos griegos machaira se designa a la espada parecida a la falcata, y lo mismo podemos decir de la palabra kofis, que podemos ver en las obras de Jenofonte.
Aunque pocos dudan de su origen mediterráneo, la falcata ibérica se distingue por sus peculiaridades: Su longitud es más reducida, pero contrarresta esto con una mayor anchura. Tiene doble filo, lo que nos lleva a pensar que se adoptó esta arma, pensada para la lucha a caballo, para ser usada por la infantería. Otra particularidad de la falcata ibérica es que no se usa como arma de tajo, sino como una espada directa hacia las partes vulnerables del contrario, principalmente torso y abdomen. En otro contexto llegó a decirse que tuvieron que reforzar sus escudos en las Guerras Púnicas, debido a las falcatas, hecho totalmente incierto, pues conocían el arma hacía ya mucho tiempo. El refuerzo se debió a las espadas rectas latenienses, que llevaban los mercenarios galos y celtíberos. De esta espada nace el gladius hispaniensis.
COMO ES LA FALCATA IBERA
Hoy día tenemos a nuestra disposición un gran número de originales de falcatas ibéricas, más de 600 unidades. Es un arma fuerte y de feroz manejo, preferentemente ofensiva en una clase de combate en que el escudo es una pieza primordial. La hoja tiene un contorno curvo, más en la falcata ibera vemos muchas veces una tercera parte de la hoja que presenta un perfil tortuoso. En el tercio final, se le suma un contrafilo que es propio de las falcatas iberas, lo que nos marca que esta arma estaba diseñada como arma de infantería, consagrada al combate cuerpo a cuerpo cruel y mortal. No existe equilibrio entre empuñadura y hoja, pues concentra la potencia del impacto en el último tercio del arma, buscando un efecto hacha, pudiendo alcanzar al enemigo por encima del escudo. Como la empuñadura cierra el puño del guerrero, es muy difícil que el guerrero pierda su arma o que se resbale la empuñadura.
Es un arma corta (largo de la hoja 55 cm.), en relación a los tipos griegos e itálicos que alcanzaban una longitud de más de 80 cm. Su empuñadura es cerrada alrededor del puño. La mayoría tienen con adornos figuras de caballos, y se fabrica alargando la hoja a la que se agregan mangos de madera o hueso. La hoja se crea partiendo de un pedazo de hierro. A veces se unen tres piezas utilizando la técnica de golpeo en caliente. A pesar de que algunos historiadores consideraban a los ibéricos y sus técnicas de forja muy adelantadas, es una creencia falsa, siendo mucho más avanzados los griegos y los romanos en el arte de la forja. El acerado del hierro se producía, al captar este el carbono proveniente del carbón vegetal utilizado en el proceso de forjado. A veces se enterraban las espadas, y por oxidación de la magnetita se obtenía el peculiar color negro de la falcata ibérica. Como complementos estéticos y a la vez funcionales, a veces podíamos encontrar decoraciones en plata. En otros casos, y a efectos puramente decorativos se podían observar varias hendeduras. La unión de su falcata con el guerrero lo hemos podido comprobar al investigar varios enterramientos, en que el difunto iba a la tumba junto con su espada, que previamente se había inutilizado. Si bien se ha querido unir la falcata con Iberia como arma puramente ibérica, esto no es cierto, pues fue muy común en todo el Mediterráneo.
¿CUANTO MIDE UNA FALCATA IBÉRICA?
La falcata ibérica es una espada de hierro o acero de forma curvada, cuya largura oscilaba en una horquilla de 55 cm. a 60 cm. Su empuñadura era habitualmente adornada con figuras de aves o caballos.
¿COMO SE LLAMABA LA ESPADA DE LOS ÍBEROS?
Se llamaba falcata, y es una espada de hoja curvada de origen asiático, aunque históricamente se la ha asociado a los pueblos del sureste de la Península Ibérica. No hay duda que la falcata es una de las armas más representativas de la Antigüedad.
¿QUIÉN DERROTÓ A LOS ÍBEROS?
Los íberos fueron derrotados por los romanos dirigidos por Catón, en la llamada batalla de Ampuries, en un asalto sorpresivo. Allí 20.000 romanos vencieron a 40.000 íberos. La batalla duró un día entero. A la mañana posterior se iniciaron operaciones de robo y saqueo, llegando a arrasar el territorio reconquistado. El sometimiento de los íberos fue concluyente.
