Espadas Roperas

HISTORIA DE LAS ESPADAS ROPERAS 

Surge durante el Renacimiento en España para designar una clase de espadas con hoja recta y larga, esgrimida a una mano. Se le llama espada ropera porque se cargaba como un complemento de la ropa, generalmente usada como moda de la época y como arma de defensa personal.

El uso de dicha espada ropera se extendió desde mediados del siglo XV hasta finales del siglo XVII, aunque la época en que tubo mayor esplendor y desarrollo de esta espada en España fue durante el Siglo de Oro. El uso de la espada ropera estaba restringido a las altas esferas de la escala social como los miembros de la familia real, los monarcas o los caballeros de órdenes militares como la de Alcántara.

Durante el siglo XVI, la espada ropera no era tan sólo un arma para su uso exclusivo de punta, con hoja de sección estrecha y aguda. En realidad, en la España de la época cualquier espada estaba destinada a un uso de duelo y de vestir, acompañando a las vestimentas de un civil (o de un militar en traje civil).

Es la espada utilizada por excelencia durante el Siglo XVI y Siglo XVII. A lo largo del siglo XVI en Europa con hoja estrecha y guarnición grande

La ropera es una espada estilizada de hoja larga y de doble filo, desarrollada en España en los albores del siglo XVI. Guarda en forma de taza o cazoleta, de ahí su nombre. Esta guarda no sólo protege la mano, el dobladillo superior se utiliza también como un rompe puntas muy efectivo.

LOS TRES MOSQUETEROS

Francia. Año 1600. D’Artagnan, un joven gascón, que se presenta en París con la ilusión de llegar a ser un mosquetero, lo más granado de la guardia del rey. Su padre es noble, de Gascuña, pero su patrimonio económico es más bien escaso. Nuestro joven trae consigo una carta de presentación cuyo destinatario es el señor de Treville, el cual a la sazón es capitán de los mosqueteros, y que también es gascón, como él.

En París, el conflicto por detentar el poder entre el rey y el cardenal Richelieu, está generando unas más que serias inquietudes que alcanzan al pueblo. Si bien, cuando se encuentran en público la cordialidad entre el rey y el cardenal parece claramente visible, la cosa cambia, y mucho, cuando se mira por la espalda, donde es patente una gran enemistad entre los hombres del rey y los leales al cardenal. El ser consejero del rey, no impide a Richelieu maquinar contra el monarca, todo el tiempo que puede, para hacer crecer su autoridad en la corte, en claro detrimento del poder del rey.

El recién llegado a Paris, d’Artagnan conoce a tres mosqueteros del rey, llamados Porthos, Aramís y Athos, y la verdad es que el primer encuentro no resulta nada agradable, sino más bien, todo lo contrario, y d’Artagnan se ve en el difícil contexto de tener que pelear en duelo contra ellos. Más a nuestro héroe la suerte no le es esquiva, y una serie de situaciones accidentales causan que los tres mosqueteros comiencen a estimar a d’Artagnan y decidan incorporarlo a la vida cortesana y aleccionarlo en su camino para prosperar en la milicia. 

D’Artagnan se ve envuelto en un complot en el que participan las personas más insignes de Francia e Inglaterra. La esposa del patrón de la casa en donde vive es la persona que pone en contacto a d’Artagnan con la reina Ana de Austria y el canciller de Inglaterra, el duque de Buckingham para auxiliarlos e impedir un escándalo. Mientras tanto Ricuelieu, por el contrario, maquina para todo lo contrario, y sus esbirros maniobran incansablemente ya que también participa de esta intriga, para vejar a la reina.

D´Artagnan consigue que el honor de la reina quede incólume, pero se convierte en enemigo del Cardenal y sus secuaces, lo que le lleva a participar en múltiples intrigas palaciegos. Entonces el cardenal llama a Milady, una mujer muy hermosa al servicio del cardenal que tiene fama de ser muy eficaz en resolver todos los asuntos que se le encargan. D’Artagnan contacta con esta mujer y tiene con ella una unión de amor y odio. Dicha mujer se manifiesta como una persona muy peligrosa.

Mientras tanto Francia tiene que hacer frente a las provocaciones de España e Inglaterra, en el exterior, y a la rebeldía de los hugonotes (protestantes franceses), en la política interior. D’Artagnan y los tres mosqueteros participan por órdenes superiores en el sitio de La Rochelle, el último refugio de los hugonotes que se niegan a obedecer al rey. Para asegurarse el triunfo del sitio a La Rochelle, planeado por Richelieu, es necesario que la ayuda del duque de Buckingham a los hugonotes naufrague. Para parar el cardenal al duque confía nuevamente en Milady.

Los mosqueteros y D`Artagnan, se dan cuenta de los propósitos de Richelieu y tratan de impedir la actuación de Milady. Después de diversas vicisitudes, los mosqueteros logran capturar a Milady. Pero Milady, poniendo en funcionamiento sus extraordinarias de atracción, logra fugarse de su cárcel y reanudar su plan.

La novela acaba con una resolución, aciaga y con el uso de la fuerza, de la hostilidad entre d’Artagnan y Milady.

LAS ESPADAS DE LOS MOSQUETEROS

Las espadas que usaron los Tres Mosqueteros son del tipo ESPADA ROPERA, que hoy llamamos “estoque” y aparecen en el Renacimiento. Esta espada normalmente no se usaba en el campo de batalla, sino más bien como medio de protección en el medio urbano. Poseían una hoja muy alisada y podían medir hasta 1,20 cms. una distancia considerable que facilitaba el hecho de alcanzar mejor el cuerpo del contrario. En cambio, en una batalla se usaba otra espada muy similar, pero con la hoja más ancha y de unos 90 cms. de largo, pues la ropera, por su longitud era un arma inútil en las luchas cuerpo a cuerpo. El sistema de forjado de estas espadas daba cómo resultado final una espada con un núcleo muy flexible y dúctil, mientras que el exterior tenía una firmeza y un endurecimiento extraordinario. El núcleo contenía acero y carbono. Las espigas de las espadas estaban adornadas con hilos de hierro o cobre en las más sencillas, aunque también se podían ver, en las de mayor categoría, ejemplares con hilos de plata, oro o seda. Lo que se pretendía con estos hilos era embellecer la espada. Desgraciadamente el número de espadas roperas que, actualmente, estén en buen estado, son muy pocas.

La mayoría de las espadas se hacían en Solingen (Alemania), Milán, El país vasco y en Toledo que dada su calidad y precio de venta prácticamente las llevaban solo los oficiales.

Existen tres tipos de espadas roperas, clasificadas según su empuñadura: De lazo, de concha y de taza. En las de lazo, la empuñadura era una cruz, y para salvaguardar la mano llevan al menos un anillo en el dedo índice y un aro en el dorso de la mano, es decir una especie de guardamanos con aspecto de arco que evita que los nudillos sean golpeados por las armas del contrario. Las de concha aparecen por la necesidad de proteger más la mano, y se diseñaron nuevas empuñaduras que incluían chapas metálicas, que se conocieron como conchas, entre los anillos. Es una espada genuinamente española. Las de taza nacen de la urgencia de proteger más aún la mano, y se sustituyen las chaspas de las espadas de conchas, por un casquete semiesférico. De esta manera la mano queda absolutamente protegida. Triunfaron mucho en España e Italia. La ropera es la típica.

¿COMO SE LLAMAN LAS ESPADAS DE LOS TRES MOSQUETEROS?

Los mosqueteros usaban una espada que tenía por nombre ropera, en español también era conocida como tizona, pero sin ninguna vinculación con legendaria espada de Rodrigo Diaz de Viva, el Cid Campeador. Era un arma para uso civil y el nombre de ropera viene porque se portaba como un complemento a la ropa.

¿CUANTO PESA UNA ESPADA ROPERA?

La espada ropera era un arma bastante ligera pues apenas pesaba 900 gramos, a pesar de su envergadura, pues medía 113 cm., desde el pomo hasta la punta. La hoja sola tenía una extensión de 94 cm.

¿PORQUÉ LOS MOSQUETEROS SE LLAMAN ASÍ?

La misión principal de los mosqueteros era guardar a los reyes en sus desplazamientos, convirtiéndose más tarde su guardia personal. El nombre de mosquetero les viene porque dentro del armamento del que disponían, destaca un arma de fuego que se cargaba por la boca del cañón, el cual recibía el nombre de mosquete.

¿CUAL ES EL NOMBRE DE LOS TRES MOSQUETEROS Y SI EXISTIERON DE VERDAD?

Athos, Porthos y Aramis y D'Artagnan eran los nombres de los mosqueteros en la novela de Alejandro Dumas. Y si que existieron, pero con otros nombres. D'Artagnan en verdad se llamó Charles de Batz-Castlemore, conde de d'Artagnan. Portos es Isaac de Porthau; Athos, Armad Athos; y Aramis se llamaba Henry, señor de Aramitz. Eran primos y en realidad formaban parte del escuadrón de mosqueteros del rey. A ellos se agregó, más tarde, D'Artagnan, el cual llegó a ser capitán de mosqueteros.