EL REINO DE LOS CIELOS

El Reino de los cielos es un film que cuenta las proezas de Balián, un herrero francés que se traslada a Jerusalén buscando la clemencia por sus pecados y los de su esposa, que murió por medio del suicidio. Una vez en Jerusalén encuentra su camino y lo que encarna ser caballero. La película arrastra elementos históricos y se ubica en los momentos anteriores a la Tercera Cruzada, entre los años 1185 y 1187.

La película comienza con la arribada del padre de Balián, Godofredo, barón de una de las posesiones leales al rey de Jerusalén. Godofredo le pide a su hijo que vaya con él a tierra santa, pero Balián decide no aceptar la petición de su padre, pues no quiere más problemas y vivir tranquilamente allí. Pero Balián, en una disputa con el cura del pueblo, lo mata. En una refriega para proteger a su hijo, Godofredo sufre una herida mortal. Antes de morir, designa a su hijo heredero de sus tierras y lo distingue con el título de caballero. Balián llega a Jerusalén, y es considerado por todos como hijo de Godofredo. También toma conciencia de que el reino está dividido en dos partes, las cuales luchan una contra otra. En un bando se encuentra el rey, el cual tiene como objetivo negociar una larga paz y una armonía entre cristianos y musulmanes. El grupo contrario encabezado por la Orden Templaría sólo piensa en continuar la lucha contra los musulmanes.

El rey de Jerusalén, Balduino padece lepra y dejará esta vida cuando trata de parar a Saladino, sultán de los árabes, para que no conquisten sus territorios. Antes de morir el rey le encarga matar a uno de los maestres templarios, cuñado del rey, por su casamiento con una hermana del monarca para que el templario no ocupe el trono de Jerusalén. Balián mantiene con esta mujer casada un vínculo amoroso. Después de unas fuertes dudas, Balián decide no hacer caso a los deseos del rey, y no matar al templario, pensando en la salvación de su alma y en dar fe de su juramento de caballero. 

El recién coronado rey de Jerusalén, un intolerante templario, declara la guerra a Saladino y lleva a su ejército al completo por un yermo desierto para combatir a los árabes. La falta de agua llevará al ejército templario al desastre, y las tropas de Saladino masacran a los cristianos.

Balián se quedó en Jerusalén teniendo como misión defender la ciudad. Sitiado por Saladino, defiende la ciudad con coraje, al mismo tiempo que busca un acuerdo con el sultán. Su manera heroica de defender la ciudad, así como su habilidad como negociador, firma un pacto con Saladino. Los términos del acuerdo se resumen en no instigar a los defensores en su retirada, no ajusticiar a nadie, así mismo como amparar la libertad de culto. En base a este acuerdo, Balián rinde la ciudad. A continuación, Balián regresa con la hermana del rey de Jerusalén a Francia, y allí se dedicará a trabajar en su antigua profesión, la herrería.