Corriendo los tiempos la loriga fue sustituida por la coraza. De acero plateado y muy pesada protegía todo el volumen del cuerpo del caballero, como si fuera un armazón articulado. Era un elemento de protección mejor que la loriga. Estaba reforzada en hombros, rodillas y codos. A finales de la edad media el yelmo fue mejorado incorporándole una visera que se podía mover y tapar del todo la faz del caballero. En la coraza podemos distinguir entre otros a: el yelmo, el peto, el espaldar, el faldar, los guanteletes, la pernera, etc. Esta armadura pesaba entre 20 y 30 kilos y no era operación fácil ponérsela, necesitando la mayoría de las veces, a otra persona para realizar la operación. Debajo de las armaduras los caballeros llevaban un jubón acolchado, llamado gambesón.